La emociones y los pensamientos son solo momentáneos, van y vienen como las olas del mar. No siempre controlas lo que entra en tu mente, tampoco puedes explicar siempre de dónde viene una emoción, esa reacción física inesperada de adrenalina o de bajón, a veces la explicación está más en lo biológico: Es que te salteaste una comida y la glucosa está baja o que dormiste mal, es que pasaste muchas horas sentado fijando la vista, que bebiste la noche anterior y tu cerebro está deshidratado, etc. Sin embargo, sí que puedes intentar voluntariamente controlar la importancia y relevancia que les das y hacer cambios relacionados con el estilo de vida que llevas.
De repente, puede aparecer un tema en la radio que evoque recuerdos y te haga lagrimear o al llegar a casa puede que te invada una sensación de bienestar y felicidad, luego puede que te encuentres riendo a carcajadas por una de las travesuras de tu peque. Sube y baja, así es un día normal de un ser humano que siente.
“NO EXISTE TAL COSA COMO UN MAL DIA, SOLO TOMAMOS UN MAL MOMENTO Y ELEGIMOS LLEVARLO CON NOSOTROS TODO EL DIA”
Lo que pasa a veces es que un pensamiento (o varios) evoca una y otra vez la misma emoción, si esto se vuelve un bucle mental se puede pasar un día entero encontrando razones para ser desgraciado. Cuanto más permiso a pensar esas cosas te des más fácil será para el cerebro traértelas a la mente.
Es la atención y la credibilidad que le damos a un pensamiento lo que lo mantiene y hace crecer una emoción.
Distráete, cambia tu foco de atención con un ejercicio de meditación o visualización, llamando a alguien, saliendo a dar un paseo, viendo algo en la tele, leyendo un artículo interesante y entonces notarás la debilidad de ese pensamiento o emoción, lo fácil que los puedes hacer desaparecer si controlas tu atención y comprendes que son transitorios. Cuanto más lo practiques mejor y más rápido lo lograrás.
Es decir, que un momento de enfado, de tristeza, de preocupación pase a más dependerá de si te aferras a esos pensamientos que alimentan la emoción o usas estrategias para redireccionar tu atención y cambiar tu diálogo interno.