¿Eres demasiado responsable?

Hay personas que sufren de «exceso de responsabilidad»

Se da en aquellos que se hicieron cargo de las tareas de los padres a temprana edad. Estos peques tuvieron que asumir responsabilidades de adulto y no pudieron ser niños. Muchas veces, estas personas se convierten en adultos que creen que casi todo es su responsabilidad.

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El problema es que estos adultos realmente se creen responsables de cosas que no deberían. Muchas veces adoptan una postura paternalista o maternalista en la pareja.

Lo cierto es que no es fácil para ellos entender hasta dónde llega su responsabilidad y cuándo empieza la del otro. Es común que se sobrecarguen de tareas y sientan culpa si no dan a la talla (según sus estándares)

Mientras que otros tuvieron padres que se ocuparon de las responsabilidades del adulto, estas personas fueron adultos a temprana edad y se les exigió hacerlo bien a pesar de su inmadurez.

«Es tu culpa»

«Es tu responsabilidad»

«Esperaba más de ti»…

Estas son cosas que la persona ya adulta se dirá a sí misma. Se juzgará y juzgará duramente a los demás.

La solución: Cambia el diálogo interno.

1 No todo es tu responsabilidad, de hecho dejar que otros se hagan cargo de su parte los ayuda a crecer y te libera un poco la carga.

2 No puedes salvarle la vida a todos, no puedes ser el padre o madre de todos. Delega. Deja que los demás se equivoquen y enfrenten las consecuencias.

3 Si tu rol fue el del protector o el salvador, renuncia. Dedica tu energía sabiamente, elige tus batallas. No eres un superheroe.

4 No tengas tantas expectativas. La gente falla al igual que tú y no pasa nada. Uno se arrepiente, aprende, enmienda y sigue esta vez más sabio.

5 No te hagas cargo de lo que no te corresponde ni hagas cargo a los demás de lo que no les corresponde. Parece fácil pero no lo es. Tendrás que ser muy consciente de tus patrones de pensamiento y creencias para desafiarlas y modificarlas.

Todo en exceso se vuelve en nuestra contra, ser responsable es una virtud, pero el exceso enferma.

Es psicológico…¿te lo estás inventando? No.

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Ayer escuché un testimonio de una chica que tuvo ataques de ansiedad por muchos años y los superó gracias a la terapia cognitivo conductual.

Es curioso pero cuando una persona va a emergencias porque siente que va a tener un ataque cardíaco, o tiene mareos, vertigo, descompostura, perdida de visión, a veces parálisis facial, temblores o pérdida de senación en las manos (síntomas de ansiedad) y le dicen que sus órganos están bien que lo suyo es psicológico, la persona se queda con la sensación de que el doctor subestimó su problema: ¿cree que me lo estoy inventando? y sensación de desamparo ¿y ahora qué hago?¿me tomo una manzanilla?

Y es que muchas veces creemos que son sinónimos. Psicológico: inventado por la persona o que está todo en tu cabeza (como quitándole valor). La persona que padece algo así se siente incomprendida.


En realidad «es psicológico» significa que la raíz del problema está en la mente, es decir hay que enfocarse en el sistema nervioso y su órgano central: el cerebro.

Evidentemente el sistema nervioso está fallando porque le has dado demasiada caña y no lo has cuidado. Es un sistema como otros y puede dejar de funcionar bien por un exceso de estrés: las neuronas están en un estado de constante exitación y se pasan de vueltas.


Tampoco quiere decir que sea menos grave o más fácil de curar, simplemente que el tratamiento será diferente.
En vez de pastillas para el colesterol o ibuprofeno, tendrás que aprender a vivir de otra forma: a meditar, a relativizar, a practicar la autocompasión, a dejar la omnipotencia, a desafiar las creencias que te llevan a la enfermedad, a poner en orden tus prioridades y vivir en congruencia con tus valores, a cuidarte, a amarte, a hacer ejercicio….

El trabajo será duro y a veces largo pero valdrá la pena. Ganarás en calidad de vida a medida que te vuelves más sabi@.