Hay personas que sufren de «exceso de responsabilidad»
Se da en aquellos que se hicieron cargo de las tareas de los padres a temprana edad. Estos peques tuvieron que asumir responsabilidades de adulto y no pudieron ser niños. Muchas veces, estas personas se convierten en adultos que creen que casi todo es su responsabilidad.
El problema es que estos adultos realmente se creen responsables de cosas que no deberían. Muchas veces adoptan una postura paternalista o maternalista en la pareja.
Lo cierto es que no es fácil para ellos entender hasta dónde llega su responsabilidad y cuándo empieza la del otro. Es común que se sobrecarguen de tareas y sientan culpa si no dan a la talla (según sus estándares)
Mientras que otros tuvieron padres que se ocuparon de las responsabilidades del adulto, estas personas fueron adultos a temprana edad y se les exigió hacerlo bien a pesar de su inmadurez.
«Es tu culpa»
«Es tu responsabilidad»
«Esperaba más de ti»…
Estas son cosas que la persona ya adulta se dirá a sí misma. Se juzgará y juzgará duramente a los demás.
La solución: Cambia el diálogo interno.
1 No todo es tu responsabilidad, de hecho dejar que otros se hagan cargo de su parte los ayuda a crecer y te libera un poco la carga.
2 No puedes salvarle la vida a todos, no puedes ser el padre o madre de todos. Delega. Deja que los demás se equivoquen y enfrenten las consecuencias.
3 Si tu rol fue el del protector o el salvador, renuncia. Dedica tu energía sabiamente, elige tus batallas. No eres un superheroe.
4 No tengas tantas expectativas. La gente falla al igual que tú y no pasa nada. Uno se arrepiente, aprende, enmienda y sigue esta vez más sabio.
5 No te hagas cargo de lo que no te corresponde ni hagas cargo a los demás de lo que no les corresponde. Parece fácil pero no lo es. Tendrás que ser muy consciente de tus patrones de pensamiento y creencias para desafiarlas y modificarlas.
Todo en exceso se vuelve en nuestra contra, ser responsable es una virtud, pero el exceso enferma.